Los carillones por Charles Dickens

$ 33.000

No eran campanas mudas. Demasiado enérgicas incluso para doblegarse a los caprichos del viento, luchaban valientemente contra él, y, triunfando contra su soplo adverso, iban, majestuosas y alegres, a herir un oído atento, cuando deseaban ser oídas en las noches de tormenta por alguna pobre madre que velaba a su hijo enfermo, o por alguna mujer solitaria cuyo marido se hallaba en alta mar, y tan claramente, que sus carillones habían batido alguna vez las furias de la borrasca.

1 disponibles

Descripción

Así lo afirmaba Toby Veck, pues aunque lo llamaran Trotty Veck, su nombre era Toby, y, sin un acta especial del parlamento, no se hubiera permitido a nadie cambiar su nombre de Tobías. Sea lo que sea que dijera Toby Veck, lo mismo digo yo. Y me pongo al lado de Toby Veck, a pesar de que permanezca en pie todo el día –una actitud fatigosa, por cierto– junto a la puerta exterior de la iglesia. En efecto, Toby Veck era mandadero, y aguardaba allí los encargos.

Valoraciones

No hay valoraciones aún.

Sé el primero en valorar “Los carillones por Charles Dickens”

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.